12 de julio de 2009

En Memoria de Pina Bausch

La Escuela de Pedagogía en Danza el jueves 2 de Julio, realizó un emotivo homenaje en memoria de Pina Bausch, quien se convirtió en la creadora del complejo territorio llamado Danza – Teatro.

A las 13:30 horas, los estudiantes y profesores de la escuela se reunieron en la Sala Helvio Soto para recordar a esta gran artista, coreógrafa alemana, quien revolucionó la escena de la danza de principio de los setenta, traspasando al Siglo XXI.


La presentación estuvo a cargo de la docente y coreógrafa de nuestra carrera, Nuri Gutés; y su directora, Lorena Hurtado, quienes en la presentación, recordaron sus experiencias de la visita realizada a Chile en 1980 (Nuri Gutés) y en el 2007 (Lorena Hurtado). A continuación se exhibió la obra Café Müller la que fue interpretada por Pina Bausch y sus emblemáticos bailarines Dominique Mercy y Nazareth Panadero, entre otros.

Es importante señalar, que esta obra, estrenada en el año 1978, en París, fue presentada en el Teatro Municipal de Santiago en el año 1980, cuando la Compañía de Pina Bausch visitó por primera vez nuestro país, generando un gran impacto en el público y estudiantes de danza de la época. Luego nos visitó en el 2007 para presentar Masurca Fogo y recientemente en el 2009, realizó junto a su compañía, una residencia en el norte y sur de Chile, con el fin de realizar una obra inspirada en nuestra cultura, la que se estrenó recientemente, siendo ésta su última creación.
Luego de la proyección, los estudiantes de nuestra escuela y algunos estudiantes de la escuela de danza de la Universidad de Chile, quienes también fueron invitados, junto con los profesores presentes, conmovidos luego de contemplar esta extraordinaria obra, compartieron sus reflexiones en torno a la obra de Pina, su legado, así como también reflexiones que fueron derivando en diversos temas relacionados con aspectos propios del desarrollo de la disciplina, manifestándose además, la necesidad de generar muchos más espacios de conversación y reflexión en torno a las diversas temáticas, que al calor del homenaje se fueron desplegando, extendiéndose la reunión por más de dos horas, en donde la conversación surgió de manera fluida y emotiva.
Los estudiantes de la Universidad de Chile, quienes ayudaron a completar la sala Helvio Soto, así como los estudiantes de nuestra escuela, agradecieron este homenaje y la iniciativa, haciendo un llamado a continuar con estas instancias de reflexión y conversación tan necesarias y significativas dentro del contexto académico y para la danza en particular.
Volver a mirar la obra de Pina Bausch a 31 años de su estreno y a dos días de su muerte, nos hizo recordar y sentir, entre muchas otras cosas, que la danza es mucho más que forma y que el cuerpo, más allá de la danza, debe apropiarse aún más de su sensibilidad y de su capacidad expresiva para ser compartida y puesta en el universo para todos nosotros. Algo que esencialmente quienes practicamos danza lo sabemos, pero que en el contexto que nos toca vivir, muchas veces perdemos de vista.
A través de su obra, Café Müller, Pina nos susurró:
“Una queja de amor. Recordar, moverse, tocarse. Adoptar poses. Desnudarse, permanecer cara a cara, zafarse del prójimo. Buscar lo perdido, proximidad. Llevarse en brazos. Correr contra la pared, lanzarse, chocar. Desplomarse y levantarse. Repetir lo que se ha visto. Atenerse a patrones. Querer ser uno. Ser desmontado a piezas. Abrazarse. He is gone. Con los ojos cerrados. Caminar hacia el prójimo. Sentirse. Bailar. Querer herir. Proteger. Salvar obstáculos. Dar espacio a las personas. Amar”[1]

[1] Raimund Hoghe; Pina Bausch; Historias de Teatro - Danza por Raimund Hoghe; Barcelona, 1988. Pág. 75.

QUE MUERE JUNTO CON PINA BAUSCH
Nuri Gutés
La evolución de la danza que podemos ver hoy dando vuelta sutilmente la cabeza hacia los últimos 40 años es de tal modo concluyente y llena de diversas riquezas, que me resulta extraño e inmenso su valor y su gestación. No deja de impactarme la posible embriaguez que debió vivir una generación cercana a una Danza de la Expresión que ya venía dándose desde los años 20, un dramatismo expresivo que venía siendo empujado talvez desde “ el Grito “ del noruego Edvard Munch desde fines del siglo 19, grito mudo y atroz que desfigura el rostro por el dolor. Para aquella generación, no tan bien comprendida en su momento, pues la veían híbrida , compuesta por Hans Kresnik, Pina Bausch , Suzanne Linke, Reinhild Hoffmann, Gerhard Bohner, darse la vuelta y observar desde sus propios entornos y distintas formaciones era inevitable y necesario, debían crear sus propias voces y tomar caminos diferentes , creo que para todos aquellos artistas el arte debía servir en ese momento un modo de sacudir al espectador, despertarlo de su pasividad, por tanto la Danza era un arma más, cambiaron el interés y el concepto escenográfico, aparecieron los collage musicales, utilizaron las técnicas de movimiento para proyectos políticos, pensando la Danza también como un comportamiento social, algunos denuncian el fascismo cotidiano y el trato a la mujer como objeto, como lo hizo Kresnik.
¿Dónde termina la Danza, dónde comienza el teatro ?

Para Pina Bausch la propagación de las teorías de Laban, la practica consagrada, el modelo real y presente en una de las mayores fuentes que aparecen en el campo coreográfico como lo fue Kurt Jooss, (donde Pina bailó bajo su dirección en los años sesenta ) debían ser las fuerzas y las modulaciones que ella quería transformar, me imagino a esta mujer resuelta a girar las influencias de América y Europa que recíprocamente estaban en juego con sus diversas visiones. Pina iba al mismo tiempo encontrando la más grande de las motivaciones, un sello, un tránsito en que el cuerpo y el texto de la danza, la palabra, y sobre todo el espacio y el tiempo le importaban más. Se estaban dando pasos a una nueva teatralidad corporal, Richard Sikes define la DanzaTeatro de una forma fecunda : “ La Tanztheater es un proceso , no un resultado , pues ella cambia todo el tiempo de forma ”.

Ella estaba hablando ( hace 40 años atrás ) de una normalidad, de acciones reales con el cuerpo, caminar, correr, caer, de una nueva tendencia donde el comportamiento el gesto y la palabra miran al sujeto desde y para una dimensión conmovedora, el sujeto es la biografía de si mismo.

Desde aquí, en un país lejanísimo, en donde la categoría de bailarín se reformula cada vez que nos encontramos frente a uno, cada vez que ese bailarín ejecuta y expone su oficio, donde la fuerza y casi el oscurantismo de la formación nos hace ver de muy variadas manera el legado europeo y en cierta medida ahora, más desteñida la herencia alemana, el contorno envolvente de aquella Danza me detiene por unos momentos, desafiando mi propia manera me pregunto…… quién se atrevería hoy a producir un desgarro como Café Muller …….
La dama de negro que nos visitó hace unos meses ha muerto y con ella un sinfín de personajes sin igual, nuestros clásicos, nuestros referentes más heterogeneos, una compañía que es un micro cosmos cultural, que habló de una época en que la Danza occidental se embarco cruzando otros mares para dejar atrás una elegancia de bellos vestidos, finos zapatos, austeridades monumentalidad de los actos escénicos de una estética que siempre comprendimos, para dar paso ahora a una mirada donde el dolor y la pasión de estas generaciones se guarda en un recipiente más tecnológico , donde tal vez una empresa .com nos mande las nuevas señales de la evocación del cuerpo.
Partieron también las aventura Bauschianas sin igual de obras que ya no veré, Pina Bausch le dio voz al cuerpo, le proyectó una voz agria y llena de sensualidad , más allá de la imagen misma, más allá del collage que nos bañó.

¿Qué Falta ?

La falta que arrastro es la jugada no siempre clara a invitar al gran protagonista del relato, el cuerpo, que en sus fijaciones, marcas e inspecciones es más que cultural , es más que aprendido y más que sacrificado, desde una posición real y fáctica me veo en un reflejo ambiguo, gran tarea es desplazar el germen que resulta ser causante de una obra, éste se enreda paulatinamente con sus protagonistas, con su pavoroso instinto más que histórico, la representación de un nivel no solo tecnisista sino experimentalista nos empuja cada vez hacia un costado y hacia un centro al mismo tiempo.
Pina Bausch no existe , pero su obra, como un adlátere la resguarda.
Dido en el aria final le dice a Eneas; “ remember me…” así nos resuena una parte de la historia de la Danza hoy.

A PROPÓSITO DE PINA
Belén Luarte - estudiante de primer año
Me invitaron a un homenaje acerca de Pina Baush, la verdad es que no la conocía, sólo había recibido comentarios de personas relacionadas con la danza relativos a ella. Sabía que era coreógrafa y bailarina alemana, representativa de la danza contemporánea.
Sin embargo lo que ocurrió ese día, fue más que una recopilación de datos biográficos, sino que más bien fue una instancia de conversación y unión en torno a la danza y al gran legado que esta mujer dejó, pues las profesoras y alumnos que había nos contaron de su experiencia en el terreno de la danza y que a muchos los había marcado por su profesionalismo y su lenguaje social.

Lo más significativo fue que pudimos compartir con compañeros de otras universidades, y conocer sus opiniones. Eso permite que de alguna manera mos abramos a otras perspectivas y otras maneras de vivenciar la danza, que nos enriquecen y además aleja algunos prejuicios sin sentido que inconscientemente a veces tenemos de otras realidades que no son la nuestra. Es por esto que agradezco la invitación, felicito a los organizadores por la creación de este encuentro y espero que en el futuro vuelva a repetirse.